Algunos estudios científicos demuestran que la mayoría de las personas de la sociedad occidental pueden satisfacer sus necesidades básicas sin preocupaciones. Sin embargo, muchas siguen luchando contra temores.

Los médicos afirman que la enfermedad más común es la ansiedad. Nos pone en una situación de miedo, con una sensación deprimente de temor al futuro. La semana pasada, iba corriendo por la ciudad y de repente se me ocurrió que alguien podría atacarme. Nunca me había enfrentado a una amenaza así, pero ese pensamiento parecía muy real en ese momento. La cuestión con respecto al miedo es en qué me estoy centrando. ¿Veo todo lo que me puedepasar o miro a Dios, que tiene contado cada cabello de mi cabeza? Si miramos a Jesús, nuestros temores serán reemplazados por la confianza, porque él es más grande que nuestro miedo. Una vida que confía en el amor de Dios ya no está dominada por el miedo.

Recurrí al Señor, y él me contestó y me libró de todos mis temores.

Salmos 34,4

¿A dónde se dirigen tus pensamientos? 

Texto de la semana: 2 Timoteo 1,7–14

Cuando surge el miedo, ¿adónde acudes con él?