El otro día fui al estadio de fútbol a ver jugar a mi club favorito. Durante el partido, el sol se estaba poniendo y un hermoso atardecer cubría el cielo. En la grada de enfrente, de repente, vi a un aficionado que había encendido la luz de su smartphone en medio de la oscuridad. No tardaron en encenderse cuatro, cinco, más y más luces. Cinco minutos después, todo el estadio brillaba como un inmenso mar de luces.
«YO SOY LA LUZ DEL MUNDO», DIJO JESÚS DE SÍ MISMO.
Jesús es la luz del mundo. Él quiere sustituir la pesadez y la oscuridad que hay en nosotros. Él es como aquel primer abanico que no escondió su luz, sino que la hizo brillar en el aire, haciendo brillar miles de otras luces.
¿Te contagias tú también de la luz de Jesús?
Texto bíblico adecuado: Juan 8:12-20