Recuerdo muy bien el momento en que mi mamá me mostró una foto de su querida madre. Acarició la foto y comentó entre lágrimas: “Un día nos volveremos a ver en el cielo maravilloso. ¡Estoy deseando que llegue!».
Cuando recibí la noticia de que mi preciosa mamá había fallecido, me vino inmediatamente a la mente este recuerdo. ¡Mi mamá acaba de llegar al cielo! Ahora por fin podrá abrazar a su madre.
De hecho, sabemos que, si esta tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas.
2 Corintios 5:1
Mi mamá creía en un hogar eterno en el cielo. Eso me da mucho consuelo y una gran expectativa del cielo: ¡yo también volveré a ver a mi mamá!
Lo que crees influye en tu futuro. ¿Conoces la esperanza de la que habla la Biblia?