Un día de buen tiempo, dos caminantes ven la señal de «Camino cerrado» porque una tormenta ha derribado muchos árboles. Continúan a pesar de la advertencia, lo que lleva a uno de ellos a una dolorosa caída.
Este accidente te hace pensar: ¿de dónde viene el sufrimiento en este mundo? En la tentación de Adán y Eva, antes de la seduc- ción hubo también una prohibición por parte de quien «conocía el terreno» y quería su bien. Pero prefirieron escuchar la voz del mal que les decía: seréis como Dios, este terreno no es peligroso.
De una relación de confianza con Dios, pasaron a temer a Dios y abrieron la puerta a la obra del mal. Sus pensamientos, intenciones y acciones se vieron afectados, lo que causó todo tipo de pade- cimientos. En la cruz, rechazado por los hombres, Jesucristo nos perdona y nos llama a encontrar una relación de confianza con Dios.
Jesús se dirigió otra vez a la gente, diciendo: Yo soy la luz del mundo. El que me siga tendrá la luz
Juan 8,12
que le da vida y nunca andará en oscuridad.
Texto de la semana: Romanos 5,12–19
Nosotros también podemos aceptar lo que Jesús ofrece.