Estas fueron las últimas palabras del emperador romano Augusto: «¿He representado bien mi papel? Pues bien, aplaudid, que se acabó la comedia».
Probablemente nunca estaremos tan cerca de la lo que es realmente nuestra vida como en el momento de una muerte inminente. La mayoría de las personas se deshacen de sus máscaras en este punto, porque sienten que ya no pueden ocultar nada. Llega el momento de la verdad.
Muchas personas se dan cuenta de que se han pasado la vida creyendo y viviendo cosas que no tienen base alguna. Los fundamentos sobre los que han edificado se desmoronan y todo se viene abajo. ¿Y tú? ¿Tu edificio tiene unos fundamentos sólidos? ¿Cómo reaccionarás cuando te amenace la muerte?
La Biblia nos enseña que Jesús es el único que no tiene fin y que su reinado durará para siempre. Yo construyo sobre esos cimientos, porque sé que permanecerán incluso cuando deje esta tierra. Jesús ofrece el perdón y la vida eterna.
¿Tienes una seguridad de este tipo? Espero que sí.
Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.
Mateo 7:24
Texto de la semana: Mateo 7:24–27