Un hacendado posee un viñedo y, antes de viajar al extranjero, se lo confía a unos viñadores. Un mensajero tiene que ir a recoger la parte de la cosecha del señor, pero los trabajadores le golpean. La escena se repite varias veces hasta que el propietario envía a su propio hijo, con la esperanza de que los viñadores le respeten. Pero estos, llenos de celos y codicia, lo asesinan.
Después de escuchar esta historia en boca de Jesús, los líderes religiosos se llenan de ira y quieren arrestarlo. Entienden que ellos son como aquellos malos viñadores. En lugar de dejar su indigno comportamiento, se llenan de odio y acaban crucificando a Jesús.
Conclusión: ¿Dejamos que nos toquen las enseñanzas de la Biblia? Ellas son como un espejo que nos revela lo que debe cambiar en nosotros. Luego nos llevan a Jesús, que nos perdona y nos reconcilia con Dios. Esta es precisamente la razón por la que Cristo sacrificó su vida.
La piedra que despreciaron los constructores es ahora la piedra principal.
Marcos 12:10
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Texto de la semana: Marcos 12:1-12 (texto original de la parábola)