En el Antiguo Testamento, el pueblo de Dios tenía una relación con él muy diferente de la que podemos tener hoy en día. Por la rebeldía de Adán y Eva contra Dios se produjo una separación entre Dios y los hombres. Años más tarde, Dios hizo un pacto con los hombres que le querían seguir y les dio reglas que debían cumplir. Las cosas les irían bien si confiaban solo en él.
A pesar de las promesas y el pacto que Dios les había dado, les costaba no romper sus reglas y confiar solo en él. Pero Dios amaba a su pueblo aunque cometieran errores y siempre intentaba que la relación se arreglara de nuevo. Por este motivo también envió a su hijo Jesús a la tierra como hombre, para que él pagara el precio que los hombres merecían pagar por sus pecados.
El pacto de Dios, hoy en día, para nuestra vida es:
…que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.
Romanos 10:9
Quizás todavía no conoces a Jesús, pero él te ama. ¿Sabes cómo puedes comenzar a tener una relación con Dios?
Texto bíblico: Romanos 10:1-13

