¡Ciertamente ha resucitado! Muchos cristianos de Oriente siguen saludándose con esta conocida felicitación de Pascua. ¿Es solo una bonita costumbre?
Es el fundamento de la fe. Los religiosos de la época quisieron silenciar a Jesús ordenando su crucifixión. Luego, estos líderes espirituales pensaron que podían controlar la profetizada resurrección sellando la tumba y poniendo guardias en ella. Pero cuando vino un ángel y removió la piedra, los soldados temblaron de miedo y cayeron al suelo. Así que la élite religiosa utilizó su influencia para distorsionar este increíble acontecimiento hasta convertirlo en una mentira, y pagó a los soldados de la guardia para que difundieran falsedades.
Los discípulos a los que Jesús se apareció prefirieron la persecución y la muerte antes que dejarse quitar la inmensa alegría de esta verdad eterna. Así sigue siendo hoy en día.
¿Conoces personalmente al Resucitado?
Y, si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco vuestra fe.
1 Corintios 15:14
Texto de la semana: Mateo 27:62–65 & Mateo 28:1–15