Un señor celebra una gran fiesta. Sus sirvientes les dicen a los invitados: «Todo está listo, ¡vengan!». No se presenta nadie. Todos encuentran una excusa para no asistir a la fiesta. El señor se enfada y dice a sus sirvientes: «Id y traed a todos los que encontréis, para que participen en mi fiesta. Quiero que mi casa se llene». Pero los que fueron invitados primero quedan excluidos.
Qué privilegio ser invitado al banquete que Dios está preparando para los seres humanos. Jesús les muestra a sus oyentes lo que es la realidad. Todos están llamados a participar en la fiesta, pero los invitados dicen tener asuntos más importantes.
Quien quiere seguir a Jesús tiene que tomar decisiones. En una sociedad con tantas opciones como la nuestra, tendemos a esperar hasta el último momento para tomar una decisión. Con Dios, no funciona así. Él nos invita a darle prioridad y nos advierte de que se acerca el día en que ya será demasiado tarde para tomar la decisión correcta. Esto no es intimidación, es un HECHO.
¡Dichoso el que tenga parte en el banquete del reino de Dios!
Lucas 14:15b
¿Aceptas la invitación de Dios?
Texto de la semana: Lucas 14:15-24 (texto original de la parábola)