Cuando decimos: «Yo soy mi propio dueño y quiero controlar mi vida», le negamos a nuestro Creador el acceso a las áreas de nuestra vida. Le cerramos nuestros corazones. Como en el paraíso, escondemos y ocultamos lo que va mal. Eso nos separa de Dios.
Él viene a nosotros con gran misericordia. Envió a su hijo a la tierra, quien pagó por nuestras maldades con su muerte en la cruz. Él invita a todo el mundo ahora: «El que confía en mí y cree en mí ya no será juzgado, sino que vivirá para siempre».
Y hay más: Dios nos permite admitir nuestra culpabilidad y tenderle a nuestro prójimo una mano de reconciliación. Así es como se hace la paz y se resuelven los conflictos. No solo a nivel particular. Incluso los pueblos y naciones lo han experimentado. ¡Dichoso el que experimenta y difunde la paz a través de la reconciliación!
¿Qué significa para mí dar un paso hacia la reconciliación?
… en Cristo, Dios estaba reconciliando consigo mismo al mundo.
2 Corintios 5, 19a
¿Te has reconciliado con Dios?
Texto de la semana: 2 Corintios 5, 17-21
Si tienes preguntas sobre Dios o la Biblia, por favor, escríbenos un whatsapp al siguiente número +34 635 875 923 y te responderemos encantados.