Muchas personas sobrecargan sus ya apretadas agendas. Esto se suma al ajetreado ritmo de vida. Generalmente, la familia y los amigos sufren las consecuencias involuntariamente. También suelen empujar al límite crítico las relaciones que necesitarían más dedicación. La presión constante puede hacer enfermar a una persona hasta el punto de que ya no puede más. ¿Y entonces qué? 

Cada uno puede decidir si quiere vivir la vida a toda velocidad o simplemente descubrirla como un maravilloso regalo de Dios.

Mi vida entera está en tus manos.

Salmo 31:15a

Merece la pena volver a ordenar las prioridades, porque tu tiempo está en manos de Dios. 

Jesús pasaba mucho tiempo orando, hablaba con su Padre celestial antes de afrontar sus tareas. De este modo, era capaz de reconocer pronto lo que era importante y no se dejaba manipular por la gente. Así marcó una diferencia determinante en el mundo, y sus repercusiones han llegado hasta nuestros días.

¿Cómo cambian tus prioridades cuando miras a Dios?

El texto bíblico te da una respuesta: Salmo 31:15-24