Suena la alarma de mi despertador. Me despierto lentamente de mi sueño y me enfrento a la fría realidad Me gustaría volver cuanto antes al mundo de los sueños. Tambaleante y desmotivado, me arrastro hasta el baño… ¿Te resultan familiares estas escenas?
Durante más de dos años, esta fue mi rutina de cada mañana. Luchaba cada día contra los pensamientos negativos. Quería superarlos. En aquel momento, me sentía completamente desubicado con mi trabajo. Cuando le expuse mi dilema a Dios, me beneficié de su ayuda. Mirando atrás, veo que su plan era hacer lo mejor para mí.
¿Estás tú viviendo una situación similar? ¿Sientes que estás en el lugar equivocado? ¿Será que Dios quiere enseñarte algo importante? Confía en tu Creador. Él te conoce perfectamente. Dios te mostrará el siguiente paso en el momento adecuado. Mantente en su presencia. No pierdas la paciencia. Él te recompensará renovando cada día tus fuerzas.
¿Cómo gestionas la impaciencia?
… y ser fortalecidos en todo sentido con su glorioso poder. Así perseveraréis con paciencia en toda situación.
Colosenses 1:11
Texto de la semana: Colosenses 1:1–14