Los recién nacidos que son amamantados por sus madres están mejor protegidos de las enfermedades y su relación de confianza recibe más estímulo. Pero, a medida que crecen, los niños tienen que aprender a comer en la mesa.
En la carta a los Hebreos, el autor utiliza este principio de la nutrición para explicar el crecimiento espiritual. Necesitamos pasar de la comida para bebés al alimento sólido. Se trata de vivir nuestra fe de manera práctica en la vida diaria.
La Biblia nos enseña a no dejarnos abrumar por las preocupaciones de cada día, sino a hablar con Dios sobre ellas. Cuando no podemos deshacernos de los pensamientos negativos que nos asaltan, no dudamos en orar las veces que haga falta. Yo practico siempre dando pequeños pasos y así es como mi fe se va fortaleciendo poco a poco.
Ahora, hermanos, os encomiendo a Dios y al mensaje de su amor. Él tiene poder para haceros crecer espi- ritualmente y para daros todo lo que ha prometido a su pueblo santo.
Hechos 20,32
Se trata de ir conociendo poco a poco a Dios, de descubrir soluciones constructivas para edificar mi fe a diario, y luego compartirlas con los demás. ¡Así que no te quedes en la leche materna!
Texto de la semana: Hebreos 5, 11-14