Los artistas prueban diferentes materiales y técnicas para expresar mejor sus pensamientos y sentimientos. Los músicos practican sus melodías, compás a compás, nota a nota, para memorizar y perfeccionar una nueva canción. Los arquitectos e ingenieros estudian y aplican cálculos complejos para planificar y construir estructuras seguras.
Dedicamos tiempo y concentración a todas estas cosas para llegar a ser buenos en ellas.
El rey David quería conocer mejor a Dios. Sabía que la Palabra de Dios era útil para ello. Se dio cuenta de que las Escrituras le ayudarían a entender cómo vivir sin herir a la personas y sin alejarse de Dios. Día tras día, dedicaba mucho tiempo a conocer mejor a Dios.
En tus preceptos medito, y pongo mis ojos en tus sendas.
Salmo 119:15
También para nosotros, este es un valioso ejemplo del que podemos aprender: Si queremos conocer a Dios, si queremos conocer a Jesús, tenemos que conocer la Palabra de Dios. Leyendo la Biblia, aprendemos cómo Dios, nuestro Creador, deseaba que viviéramos nuestras vidas.
¿A quién o a qué dedicas hoy tu tiempo y tus pensamientos?
Consejo: Para conocer mejor a Dios, puedes comenzar hoy mismo leyendo el Evangelio de Juan. Si quieres, utiliza lápices de colores para subrayar los versículos que te hayan llamado la atención.