A o largo de los tiempos, la codicia y el afán de riqueza no se han erradicado ni han menguado. Por eso la brecha entre ricos y pobres, entre el Norte y el Sur, no deja de aumentar. A pesar de las protestas, se pagan enormes salarios, incluso cuando son los más débiles los que «pagan». La adquisición fraudulenta de fortunas deja su huella en nuestras almas. ¿Está mal ganarse la vida decentemente? ¡En absoluto! La codicia está presente incluso en los barrios pobres. El verdadero problema está en la búsqueda egoísta de dinero y poder. Esta predisposición está profundamente arraigada en nuestros corazones. No todos la perciben al instante.

¿Qué significa la expresión bíblica «perder la vida»?

Jesús pagó voluntariamente con su vida para erradicar el poder del pecado en nosotros. Renunció a sus propios deseos y sirvió a su Padre con total entrega. Quien sigue a Jesús y acepta reconciliarse con Dios por medio de él, obtiene el perdón y la liberación. Con Cristo, recibes una vida nueva y eterna. Aspirarás a valores imperecederos. ¿En qué fijas la mirada?

¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida?

Mateo 16:26

Texto de la semana: Mateo 6:19–26