Jesús nace de una virgen, realiza milagros extraordinarios e incluso da su vida por el mundo. Pero sin su resurrección de entre los muertos, esta historia carece de todo valor.
El Evangelio de Marcos describe a unas mujeres que van a su tumba el domingo por la mañana y ven la piedra removida. En lugar de encontrar a Jesús, un ángel está sentado allí.
―No os asustéis —les dijo—. Buscáis a Jesús el nazareno, el que fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. Mirad el lugar donde lo pusieron.
Marcos 16:6
Jesús es crucificado públicamente el Viernes Santo y colocado en un sepulcro custodiado y sellado tras su cruel muerte. Sin embargo, tres días después vuelve a la vida. Y en el transcurso de los 40 días siguientes, se muestra a María Magdalena, a otras tres mujeres, a sus discípulos, a su hermanastro Santiago y a más de 500 testigos presenciales.
Todos estos hechos deberían animarnos a estudiar detenidamente lo que dicen los relatos históricos y bíblicos sobre Jesús. Debemos reparar en el hecho de que Jesús fue el primero en resucitar y que nos ofrece vida eterna.
Los cristianos nos saludamos en Pascua con las palabras: «¡Cristo ha resucitado!». ¿Crees que Jesús ha resucitado?
Texto de la semana: Marcos 16:1-8