El niño rompió su alcancía, lo contó todo y corrió a la farmacia. Allí preguntó cuánto costaba un milagro. La vendedora lo miró asombrada y le explicó que ella vendía medicinas, no realizaba milagros. «Mi hermana necesita un milagro», dijo el niño. Un hombre bien vestido, que también estaba en la tienda, le preguntó al muchacho cuánto dinero tenía para un milagro. «Exactamente un euro y doce céntimos», le contestó el pequeño, llorando y mirando al hombre a la cara. Este fue con el niño a ver a su hermana enferma.
Le extirparon el tumor cerebral y se recuperó. Todo lo que se necesitaba era un niño pequeño que tuviera el valor de entregar todos sus ahorros. No sabía que aquel hombre era el director del hospital. Él ayudó a la familia. ¡Para el niño fue un gran milagro!
- Cuando Jesús alimentó a 5000 personas con cinco panes y dos peces, fue también un muchacho quien dio todo lo que llevaba y Jesús realizó el milagro.
Jesús les contestó:
Mateo 14, 16
«No es necesario que vayan. Dadles vosotros de comer».
¿Cómo abordas las situaciones difíciles?
Texto de la semana: Mateo 14, 14-21