Kurt es muy popular en la aldea. Tiene buena relación con jóvenes y viejos. Una noche, se toma una cerveza con unos amigos. El am- biente está desenfrenado. Cuando el bravucón del pueblo se pone a hacer bromas pesadas a los del restaurante, Kurt se enoja y le golpea. El desafortunado fanfarrón cayó y murió como resultado de su caída. Kurt fue llevado a la comisaría y el tribunal lo condenó a muerte. Pero la gente del pueblo propuso indultarlo. Entonces el rey les hace caso y se disfraza de pastor para darle esta buena noticia. Kurt no quiere saber nada y no deja hablar al rey.

El rey, triste, vuelve al castillo. Antes de la ejecución, se le pregunta a Kurt por qué rechazó el perdón del rey. «¿Qué? ¿Qué perdón?», grita con asombro. ¡Pero ahora es demasiado tarde! Entonces Kurt insistió: «Por favor, díganles a todos en la aldea que yo mismo rechacé el perdón. ¡He rechazado al rey!».

Dios también visita a cada uno para ofrecerle su perdón. ¿No has escuchado tú la voz de Dios, que viene a ti como un hombre normal?

Pero a quienes le recibieron y creyeron en él les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios.

Juan 1,12

Texto de la semana: Juan 1,10–18

¿Qué relación tienes con Jesús?