¿Publicidad o manipulación? ¿Dónde acaba la primera? ¿Dónde empieza la segunda? Hoy en día, para promocionar sus productos, los anunciantes pagan a personas influyentes que pueden contar con muchos seguidores en las redes sociales. Es una estrategia para aumentar su cartera de clientes. Su objetivo: vender más y aumentar las posibilidades de beneficio. Muchos son manipulados.
Jesús actúa de manera diferente. Se basa en la transparencia y, en la Biblia, lo pone todo sobre la mesa, tanto lo positivo como lo negativo. La verdad y la manipulación no tienen nada en común. Siempre me sorprende la grandeza infinita de Dios y su amor insondable. Él nos creó a cada uno de nosotros de una manera individual e ingeniosa. Incluso nos dio la libertad de rechazarlo. Por su transparencia, nos permite saber cuáles serán las consecuencias. Dios no puede manipularnos, porque él mismo es la verdad. Ni la exageración ni la relativización son aceptables para él. Por eso, en la Biblia, él nombra el pecado, la muerte y el infierno por su nombre. El amor usa un lenguaje claro.
«¡Qué profundas son las riquezas de Dios, y su sabiduría y entendimiento! Nadie puede explicar sus decisiones ni llegar a comprender sus caminos».
Romanos 11, 33
Dónde experimentar la sabiduría de Dios
Texto de la semana: Romanos 11, 33-36