La paciencia es la madre de las virtudes
03. septiembre. 23

Hace poco, una señora me contó cómo hizo pan por primera vez. De hecho, tenía muy poco tiempo, pero se le había metido en la cabeza: hoy quiero hacer mi propio pan. A toda prisa, reunió los ingredientes necesarios, los mezcló en la masa y la horneó.

Pero cuando se lo comió, ¡qué decepción! ¡Estaba soso, no sabía a nada! En su impaciencia, había leído la receta demasiado rápido y había olvidado un elemento esencial: la sal.

Todos necesitamos paciencia. La Biblia lo dice. Cuánto daño se hace cuando se es impaciente, y no solo en las cosas materiales. La impaciencia puede tener consecuencias dolorosas en nuestras relaciones familiares, amistosas y profesionales.

Por lo tanto, vamos a tomarnos un tiempo. Practiquemos la paciencia con nosotros mismos y con los demás. Pensemos detenidamente para discernir lo que es importante para nuestra vida, hoy, mañana, dentro de un mes… Una cosa es segura: para saber lo que Dios quiere de nosotros, necesitamos paciencia. Las respuestas rápidas suelen acabar resultando inadecuadas.

Necesitáis tener fortaleza en el sufrimiento, para hacer la voluntad de Dios y recibir lo que él ha prometido.

Hebreos 10:36

Texto de la semana: Santiago 5:7-11

Siempre más alto

Durante tres años, Gustave Eiffel trabajó con 300 empleados para construir el edificio más alto...

  • 3. febrero 2020

«¿Hierro viejo…?»

Cada año, millones de turistas viajan a París para admirar una gran pila de «hierro viejo», la...

  • 29. agosto 2021

Hast du Fragen?

Über die Inhalte oder über eine persönliche Beziehung zu Gott? Nimm Kontakt mit uns auf. Deine Angaben werden absolut vertraulich behandelt.