¿Nunca has escrito en algún sitio algo así: «¡Jesús, hoy te entrego mi corazón! ¡Gracias por darme tu salvación!». Eso es lo que Sabine escribió siendo niña en una hoja, el 18 de mayo de 1980. En su adolescencia, a menudo volvía a buscar ese papel, porque muchas dudas asaltaban su corazón. Entonces recordó el contrato que había hecho con Dios. «Sí, sigue vigente. Lo dice en la hoja, ¡ahí está mi firma!».
Pasaron los años y, a pesar de la hoja y su promesa, la fidelidad de Sabine se tambaleaba a veces. Por supuesto, el papel no es ninguna garantía y hasta puede acabar en la basura. Sabine, que ya es mayor, dice: «Sí, se puede escribir en un simple papel, pero las declaraciones de Dios siguen siendo fiables. Nuestras promesas pueden no ser muy firmes, pero Dios nos toma la palabra. Él declara en la Biblia que sigue fiel a pesar de nuestra debilidad».
Mantengámonos firmes, sin dudar, en la esperanza de la fe que profesamos, porque Dios cumplirá
Hebreos 10, 23
la promesa que nos ha hecho.
El «contrato» de una niña como Sabine puede acabar en la basura, pero Jesús prometió guardar a todos los que se aferran a él. Él es fiel y todopoderoso para cumplir sus promesas siempre.
¿Ya has firmado el contrato de salvación que Dios te ofrece?
Texto de la semana: Hebreos 10, 19-24