Cuando se acerca el final del año, muchas personas quieren terminarlo sintiéndose bien consigo mismas. Hacen donaciones o realizan buenas acciones propias de estas fechas. Jesús predicó el amor al prójimo para cada día, y, aun así, entre tantos compromisos, muchos olvidan lo que dijo.
El “dar” para presumir no tiene nada que ver con las palabras de Jesús, que dicen que cuando seas generoso no se lo cuentes ni siquiera a tu más íntimo amigo (Mateo 6,3). Más bien debemos acumular nuestros tesoros en el cielo (Mateo 6,20).
Conclusión: es importante pensar en nuestro prójimo los 365 días del año. Dios tiene preparadas diferentes tareas para cada uno. En el cielo, las acciones que se hacen en público para presumir se valoran de una forma totalmente distinta a como se valoran aquí.
Tú, por el contrario, cuando ayudes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu más íntimo amigo.
Mateo 6,3
Un consejo: pregúntale a Dios a quién podrías visitar de vez en cuando (necesitados, enfermos, ancianos).
Texto del día: Mateo 6,1-14 y Mateo 25,31-46