María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas.
Lucas 2:19
María acababa de dar a luz a un niño. Jesús, el Mesías y Salvador prometido, está acostado ante ella en un pesebre. Los ángeles llenos de júbilo, anunciaron a los pastores la alegría de Dios por el nacimiento de su único hijo. Corrieron a ver al Salvador recién nacido. Pero María, en medio de los emocionantes momentos de la celebración, mantuvo un corazón tranquilo. Reflexionando, se maravillaba de todo lo que se había dicho sobre el niño que estaba bajo su cuidado y el de José.
Doce años más tarde, María y José creían que habían perdido a Jesús mientras regresaban a casa después de una fiesta en Jerusalén. Cuando por fin lo encontraron en el templo, les dijo que debía de estar en casa de su padre. Y una vez más:
Pero su madre conservaba todas estas cosas en el corazón.
Lucas 2:51b
¿Cómo está tu corazón en estas Navidades? ¿Tienes tiempo para detenerte un poco en medio de estas celebraciones navideñas? Al igual que María, párate un momento para reflexionar, sorprenderte y encontrarte con Jesús.
A los pocos días María emprendió viaje y se fue de prisa a un pueblo en la región montañosa de Judea. Al llegar, entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet..
Lucas 1:39 – 40
María acababa de recibir un gran tesoro: estaba embarazada de Jesús ¿A quién fue a buscar? A alguien que la comprendería. El ángel y mensajero de Dios, Gabriel, le había dicho:
«También tu parienta Elisabet va a tener un hijo en su vejez; e hecho, la que decían que era estéril ya está en el sexto mes de embarazo. Porque para Dios no hay nada imposible.«
Lucas 1:36-37
María fue a visitar a alguien que podía animarla en su fe y que ya se encontraba algo más avanzada en su embarazo.
Esta sabia decisión le hizo mucho bien. Al escuchar la voz de María, ¡el niño saltó en el vientre de Elisabet! Y Elisabet exclamó:
«¡Dichosa tú que has creído, porque lo que el Señor te ha dicho se cumplirá!»
Lucas 1:45
Entonces María alabó a Dios por su gracia.
Es bueno tener un corazón que busca. ¿Quién sería para ti un «refugio seguro» al que confiar tu corazón?
―Aquí tienes a la sierva del Señor —contestó María—. Que él haga conmigo como me has dicho. Después de esto, el ángel la dejó.
Lucas 1:38
Corrie ten Boom, una mujer que ayudó a salvar a muchos judíos en Holanda durante el Holocausto, describió en una ocasión la salvación como el «primer SÍ a Jesús».
María, la madre de Jesús, ya había dado su primer SÍ a Dios antes del día en que apareció el ángel mensajero de Dios que cambió su vida. María, la madre de Jesús, ya había dado su primer SÍ a Dios antes del día en que apareció el ángel mensajero de Dios que cambió su vida. Su siguiente SÍ al plan de Dios salió de un corazón que confiaba en su Señor.
Un embarazo fuera del matrimonio podría haberle causado grandes dificultades, incluida la posible ruptura de su matrimonio con su prometido José. Pero María se alegró de lo que consideraba un gran honor: ¡ser la madre de Jesús, el Salvador del mundo! Confiaba en que Dios, que la había elegido, estaría también con ella y abriría un camino. Ella pudo seguir diciéndole SÍ sin miedo.
¿Cuál es tu caso? ¿Ya has dicho tu primer SÍ a Jesús? Jesús, que sabe exactamente lo que es vivir en esta tierra, te invita a confiar en Él. ¿Hay algo que te lo impide? Puedes hablar con él.
Cuando un niño consigue hacer algo nuevo, sus padres se sienten felices y orgullosos de él.
Nuestro pequeño está dando sus primeros pasos. Tenemos que asegurar su entorno. Es una alegría para nosotros ver los progresos que hace día a día. Pronto será independiente.
Esta experiencia me hace pensar en mi relación con Dios. ¿Cuál es la reacción de Dios al verme? Él se alegra cuando descubro cada día un nuevo aspecto de su gracia y su amor. Se alegra al verme avanzar paso a paso, procurando hacer el bien, buscando la justicia, la paz, la reconciliación y transmitiendo su amor a los demás. A veces experimento un fracaso absoluto. Entonces Dios me tiende la mano y me ayuda a recuperarme, como hacen los padres con su hijo.
Esté lista tu mano a prestarme ayuda, porque he preferido tus preceptos.
Salmos 119:173
El que confía en Dios puede contar con su ayuda segura pase lo que pase.
Neulich hörte ich, wie eine Mutter ihrem 6-jährigen zum Geburtstag Frieden wünschte. Wir sehnen uns alle nach Frieden. Doch leider leben wir in einer Welt, in der eher Chaos statt Frieden die Norm zu sein scheint.
Wir werden ständig von Tragödien bombardiert, die sich in der Welt ereignen. Sie bedrohen dauernd unser Bedürfnis nach Frieden. Auch Herausforderungen im Alltag können uns verunsichern und uns den inneren Frieden rauben. Zum Beispiel drohende Abgabetermine, geplatzte Verträge mit wichtigen Kunden oder schlechte Nachrichten vom Arzt.
In der Bibel lesen wir, dass wahrer und tiefer Frieden nur in einem unveränderlichen und zuverlässigen Gott zu finden ist. Sie sagt: «Herr, du gibst Frieden dem, der fest an dich hält und dir allein vertraut!»
Jesaja 26,3
Dieser Frieden ist unabhängig von den Umständen. Das Chaos existiert weiter, doch wir finden Frieden in Gott, wenn wir ihm vertrauen.
Wirst du heute bei Gott Frieden suchen, inmitten von deinem Chaos?
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