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Die perfekte Linie

Die perfekte Linie

Ted Ligety ist ein ehemaliger, äusserst erfolgreicher amerikanischer Skirennfahrer. Er darf sich heute stolz als Olympiasieger, Weltmeister und mehrfacher Weltcupsieger bezeichnen. Das faszinierende an seinem Fahrstil war, dass er im Vergleich zu seinen Konkurrenten kaum ein Tor berührt hat. Die Fahrten von anderen Fahrern sahen optisch oft besser und präziser aus. Doch Ted hatte die Fähigkeit, die Ski laufen zu lassen und dadurch ein hohes Tempo zu erzeugen. Seine Gegner klammerten oft zu sehr an der Linie und vergassen dabei das Wichtigste. 

Wir sind vielmals stark darauf bedacht, dass unser Leben von aussen gut aussieht. Es ist uns wichtig, was Menschen über uns denken. Wie die Fahrer an die Linie, klammern wir uns zu sehr an Äusserlichkeiten und Formalitäten und verlieren dabei das Ziel aus den Augen.

Jesus sagte: «Ich bin der Weg, die Wahrheit und das Leben.»

Johannes 14,6

Ein Leben mit Jesus sieht von aussen nicht immer sinnvoll oder attraktiv aus. Die Beziehung zu ihm ist aber der Sinn des Lebens, die perfekte Linie, die uns erfolgreich ans Ziel bringt. 

Gelingt es dir, deinen Ski laufen zu lassen?

Bibeltext zum Thema: Matthäus 23,1-12

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Especialmente cercano

Especialmente cercano

En realidad, es totalmente absurdo que Dios se haga hombre.

Pero resulta aún más descabellado si tenemos en cuenta que Dios, en Jesús, no sólo vino al mundo como ser humano, sino incluso como bebé. El Dios todopoderoso, que creó el cielo y la tierra, viene al mundo como un niño totalmente indefenso que depende de sus padres.

Los «sabios buscadores de la verdad» de Oriente veían a los dioses como poderosos protectores de la humanidad. Este radical cambio de papeles debió de resultarles chocante. De repente, ya no es Dios quien cuida de las personas, sino que son los humanos quienes cuidan de Dios que tiene forma de pequeño bebé. Pero no estaban nada decepcionados. La cercanía con la que Dios se muestra aquí es tan impactante para ellos que inmediatamente adoran al pequeño Jesús y le hacen regalos de rey:

Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y, postrándose, le adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra.

Mateo 2:11

También hoy, Jesús sigue viniendo a nosotros con esta cercanía tan especial a través de su Espíritu Santo. Los sabios de Oriente no pudieron más que responder con adoración, gratitud y regalos.

¿Cómo reaccionas tú a la realidad de que Jesús quiere encontrarse contigo?

La fe vale la pena

La fe vale la pena

No es difícil tomar una decisión cuando se conocen todos los datos. Tampoco es difícil creer una afirmación si podemos verificarla. Pero, por desgracia, no siempre es posible. La verdad de algunas declaraciones, señales o indicios sigue escondida para nosotros. En estos casos, tenemos que lanzarnos a lo desconocido y decidir creer en lo uno o en lo otro.

Los «sabios buscadores de la verdad» que vieron la señal del nacimiento de Jesús en el cielo también pasaron por esta experiencia. No pudieron comprobar al momento si lo habían interpretado correctamente. Se lanzaron a lo desconocido y decidieron ver en la estrella una señal de Dios. Incluso durante su largo viaje a Belén, sólo podían esperar haber tomado la decisión correcta.

Al ver la estrella [in Bethlehem], se llenaron de alegría.

Mateo 2:10

Con Dios tenemos que dar este paso de fe. Al igual que estos «Buscadores de la verdad», no podemos comprobar enseguida si hemos entendido bien las señales de Dios y si es realmente Dios quien se nos muestra. Pero la alegría será mayor cuando experimentemos que lo que hemos creído es verdad.

¿Quieres dar tú también este paso?

Dios se muestra

Dios se muestra

Si Dios existe, ¿por qué no se muestra? Creo que esta famosa pregunta ya encierra un problema en su propia forma de enunciarla.

Hace 2030 años, un grupo de eruditos investigadores en el antiguo Oriente, detectaron una extraña formación de astros: Júpiter, el «Astro del Rey», y Saturno, la «Estrella de los Judíos», se encontraron. En este fenómeno, que a juicio de otros científicos sería probablemente una coincidencia, estos hombres reconocen una clara señal de Dios: el Mesías, el Rey y Dios de los judíos, ha nacido en Israel.

De hecho, están tan seguros de ello que inmediatamente se ponen en marcha en un largo viaje para encontrarse con este Dios y Rey, y les merecerá la pena.

Que reconozcamos a Dios depende a menudo de que nos fijemos en sus señales. La suposición de que Dios no se va a mostrar, ya viene precedida de creer que esto no va a suceder, y esta presunción puede bloquear nuestra visión de Dios.

¿Es posible que Dios se te haya mostrado recientemente, pero tú sólo lo has interpretado como una casualidad?

¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? —preguntaron—. Vimos salir su estrella y hemos venido a adorarlo.

Mateo 2:2

Verdaderamente

Verdaderamente

Entonces los ángeles volvieron al cielo. Y los pastores se dijeron unos a otros:

«Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer».

Lucas 2:15

«Vamos a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer». Quisieron ver con sus propios ojos lo que los ángeles les habían anunciado.

Y, en efecto, cuando llegaron a Belén, los pastores encontraron a María, a su marido José y a Jesús recién nacido. Como cualquier otro bebé, Jesús recibía los cuidados de su madre, María le daba de comer y le cambiaba los pañales. Dios se hizo hombre de verdad.

Veamos la verdad. Jesús sigue vivo hoy y podemos tener una experiencia real con él. Por tanto, pongámonos en camino como hicieron los pastores. Busquemos a Jesús, que se humilló a sí mismo por amor, para encontrarse de una manera real con nosotros y traer paz a nuestros corazones.

¿Cuándo vas a salir en busca de Jesús?

Texto bíblico: Lucas 2:15-20